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Periodismo y divulgación científica en la era de TikTok: una moneda de dos caras

Videos virales en TikTok que desmitifican cuestiones sobre la salud o resumen en pocos segundos las noticias científicas más importantes de la semana, son características que en el último tiempo han definido y posicionado a esta red social como una plataforma comprometida en acercar contenidos científicos a una audiencia joven. Este fenómeno ha llevado a medios de comunicación y periodistas a considerar a TikTok como una red con un verdadero potencial para informar sobre temas científicos, pero también para estar atentos a los riesgos que esto trae consigo.


Por Victoria Martínez | victoria@fragualab.cl


 

“La gente joven busca información y noticias en TikTok. Tienes que estar ahí si quieres llegar a ellos”, afirma Laura García, coordinadora de Maldita Ciencia en Maldita.es, plataforma que se encarga de esclarecer bulos y desinformaciones asociadas a ciencia y salud, principalmente. “Hay jóvenes que no han cogido un periódico en su vida, que no van a ver el telediario y que no se van a meter en la página web a leer ningún desmentido. Entonces, el público de TikTok si no es en TikTok, es muy difícil enganchar”, agrega García, subrayando la importancia de llegar a esta audiencia a través de estos canales.


Este y otros testimonios de comunicadores, periodistas e investigadores ponen de manifiesto uno de los desafíos a los que se enfrentan los medios de comunicación y diversas plataformas digitales, quienes buscan no solo brindar información, sino también mantenerse al día con las tendencias que han transformado la manera en que las audiencias se mantienen informadas.


En este panorama global, tanto los medios de comunicación tradicionales como los independientes reconocen el potencial de TikTok como una herramienta para informar, abordando también contenidos científicos. Se estima que esta plataforma tendrá aproximadamente 834,3 millones de usuarios mensuales en todo el mundo solo en 2023, según datos de Insider Intelligence. Asimismo, TikTok se sitúa como la tercera red social más grande, superada únicamente por Facebook e Instagram.


De acuerdo con la información alojada en Mapping Journalism on Social Platforms, catastro realizado por Francesco Zaffarano, en el mundo hay más de 800 medios de comunicación con cuentas informativas en TikTok. Las temáticas son variadas, desde entretenimiento, política, economía, deportes y actualidad en general, pero también abordando temáticas contingentes en salud, medio ambiente, cambio climático y otras tantas dedicadas a desmentir bulos y noticias falsas.


En España, hay una veintena de medios presente en esta red social, destacando internacionalmente medios como El Mundo, El País y plataformas como Maldita.es y Ac2ality., por los miles de seguidores que alcanzan en sus respectivas cuentas. El Mundo, por ejemplo, ya supera el 1.1 millones de seguidores en TikTok.


Ciencia en TikTok para las nuevas audiencias

De acuerdo con el informe más reciente del Digital News Report (2023), las redes sociales están experimentando una evolución notable y constante, especialmente entre la audiencia más joven.


“Quizás los hallazgos más sorprendentes del informe de 2023 se vinculen a la naturaleza cambiante de las redes sociales, en parte caracterizada por la caída en la participación en plataformas tradicionales como Facebook y el auge de TikTok y otras redes basadas en video”, se destaca en el resumen ejecutivo de la duodécima edición de este estudio, el cual se basa en datos recopilados de 6 continentes y 45 mercados.



Para el comunicador y divulgador científico chileno Gabriel León, este fenómeno ofrece oportunidades: "Porque democratiza el acceso a audiencias que antes no existían. Antiguamente uno tenía que trabajar en un periódico, en una radio o en un canal de televisión para poder acceder a audiencias y, hoy, a través de un canal de YouTube, una cuenta en Twitter, una cuenta en TikTok o un podcast, también puedes hacer audiencias", explica el anfitrión del podcast de ciencia más escuchado en Chile, La Ciencia Pop.


Otro dato que arroja Digital News Report es que, en tres años, el “uso de TikTok para las noticias se ha quintuplicado entre los jóvenes de 18 a 24 años en todos los mercados: pasó del 3% en 2020 al 15% en 2022”.


En este contexto, ¿qué espacios se reservan para los contenidos científicos en esta plataforma? Luis Blasco, periodista e integrante del equipo de redes sociales de El Mundo explica: "Para nosotros, TikTok es relevante, ya que nos brinda la oportunidad de alcanzar a nuevos lectores y usuarios de nuestro medio de comunicación. Llegamos así a generaciones más jóvenes que quizás no estén familiarizadas con 'El Mundo', el periódico que sus padres o abuelos podrían leer. Por lo tanto, es de gran importancia, ya que nos permite conectar con audiencias más jóvenes en comparación con el promedio de nuestros lectores habituales".


Los nuevos “influencers” de la ciencia

Para los expertos no es sorpresa conocer que las audiencias además de cambiar sus hábitos informativos en los últimos años también dicen tener otros referentes. “Las audiencias dicen prestar más atención a famosos, influencers y personalidades de las redes sociales que a periodistas”, resume el Digital News Report 2023.


Para los contenidos informativos científicos, sucede igual.  Incluso, medios como El Mundo hace un tiempo que ya incorporan como parte de su estrategia digital colaboraciones con influencers que crean contenido especialmente para sus redes sociales, como videos explicativos para Instagram o TikTok.


“De hecho, nosotros tenemos, por ejemplo, para temas de salud y ciencia, varios colaboradores que son los denominados influencers, que nos ayudan a hacer esos vídeos”, puntualiza Blasco.

Uno de estos casos es el de Esther Gómez (@mienfermerafavorita), enfermera y profesora asociada de la Universidad Autónoma de Madrid. La académica, autora de “De la cabeza a los pies. La guía más completa para cuidar tu salud”, que cuenta con casi 200 mil seguidores en sus cuentas, realiza videos virales en torno a temáticas sanitarias y se publican en la cuenta de TikTok de El Mundo. Así como estos, hay muchos más casos. El Mundo también destacada por ser, entre los ´legacy media´ de España, la cuenta con más seguidores en TikTok, comunidad lograda en un par de años.


Un estudio, publicado en 2023 en el Mediterranean Journal of Communication, denominado “Comunicación para la salud a través de TikTok: Estudio de influencers de temática farmacéutica y conexión con su audiencia” y que analizó más de 79.696 comentarios en TikTok, aborda cómo los denominados influencers farmacéuticos, en este caso, logran apropiarse positivamente de esta red social, utilizando las herramientas que ofrece para lograr videos con un claro foco divulgativo. Sin dejar de lado la voz personal de cada uno. 


Según Raquel Martínez Sanz, autora de este estudio y Profesora Titular en el área de Periodismo de la Universidad de Valladolid, en el corto plazo: "Los perfiles y creadores de contenido, que han logrado adaptarse a las particularidades de la plataforma, son los que han tenido éxito. La clave radica en crear videos breves, impactantes y comunicados en un lenguaje simple y comprensible. Estos videos pueden incluir anécdotas, experiencias o incluso curiosidades. Hemos observado que esta estrategia, sostenida con el tiempo, conduce a un aumento en la base de seguidores de los creadores y, por ende, a una mayor capacidad para alcanzar a más personas", explica.



Para muchos medios, las temáticas relacionadas con la salud tienen un gran impacto en el formato de los videos de TikTok, principalmente porque pueden explicar conceptos de manera clara y concisa. Estos temas también forman parte de la programación de los medios, pero en TikTok resaltan más que otros contenidos.




Luis Blasco comenta: "Los temas de salud, ciencia, medio ambiente y cambio climático generan un alto interés entre la audiencia tanto en TikTok como en Instagram. Algunos de estos videos acumulan un considerable número de visualizaciones". Además, estos contenidos tienen la capacidad de desmitificar creencias y desinformaciones, presentando la evidencia existente y fundamentos sólidos.


"Es cierto que, debido a la explosión de las redes sociales, podemos afirmar que se ha popularizado, o mejor dicho, democratizado el acceso a contenidos que antes resultaban más difíciles de entender. Creo que aquí radica el gran mérito de las plataformas digitales: lograr que temas complejos, filtrados por divulgadores y profesionales, sean accesibles y capaces de resonar en el público en general", reflexiona Raquel Martínez sobre este fenómeno.

El contenido importa, pero el formato también

Y si bien la ciencia podría percibirse, en ocasiones, ajena a la vida cotidiana, no por ello es menos interesante para la ciudadanía. Según la última Encuesta de percepción social de la ciencia y la tecnología en España, realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), “En 2022 un 47,2% de las personas entrevistadas declaran estar muy o bastante interesadas en Ciencia y tecnología. Además, entre los temas que más interesan hay otros que también están relacionados con la ciencia, como Alimentación y consumo; Medicina y Salud o Medio ambiente y ecología”.


Pero una cosa refiere al interés en la ciencia y, otra, al acceso a la información. Es así como el rol de las redes sociales ha ganado espacio al momento de comunicar contenidos científicos, especialmente en TikTok, una red que solo en España tiene 8.8 millones de usuarios activos, de los cuales 41% de los usuarios tienen entre 16 y 25 años. En comparación con otras las redes sociales a nivel mundial en España existen 37,4 millones de usuarios en redes sociales de las cuales TikTok ocupa el 10mo lugar con 27% de usuarios con edad de entre 16 a 64 años.



De acuerdo con los expertos que analizan con detalle este fenómeno, actualmente no se trata de replicar el contenido de los portales web y trasladarlo a TikTok, sino que, por el contrario, se exige guiarse por los formatos que demandan estas redes para que, efectivamente, tengan un impacto. De lo contrario, no funciona.


“El problema puede ser que no se le saca el provecho a una red que es bastante desenfrenada, que es rápida, que es caótica -en el buen sentido- y que se sigue haciendo un periodismo de algún modo replicante”, afirma Juan Ignacio Martin, máster en Comunicación Científica y doctorando en la Universidad de Granada y quien ha realizado diversos estudios asociado al uso de nuevas narrativas digitales y, en particular, cómo las redes sociales, han configurado un nuevo perfil profesional del periodista científico a la hora comunicar la ciencia.

En este sentido, el desafío para el periodista y los profesionales que se dedican a tratar estas temáticas es cada vez más exigente si se piensa en informaciones que se transmiten vía TikTok, en donde la edad del público de esta aplicación, en España, no supera los 25 años.


“Todo este entorno digital también ha obligado a repensar el rol del periodista científico y el cómo comunicar ciencia en estas nuevas redes sociales, lo que conlleva limitaciones. Las redes sociales pueden ser parecidas, pero no son lo mismo, son distintos públicos, distintos lenguajes, distintas velocidades y distintos algoritmos, entonces creo que eso es complicado”, puntualiza Martin.


“Puedes contar cosas que de otra manera no vas a contar. Hay cosas que necesitan contarse visualmente y si no las cuentas visualmente pierden mucho”, complementa Luis Blasco, sobre la potencialidad de los recursos audiovisuales que ofrece TikTok.


De este modo, los contenidos son la clave para adaptarse según el público al que se pretende llegar, poniendo a la audiencia como el enfoque principal. Para los jóvenes, los videos de corta duración se presentan como una vía para acceder a diversos contenidos informativos.


Respecto a los desafíos que enfrentan aquellos que desempeñan esta labor, el investigador Juan Ignacio Martin señala: "En primer lugar, nos obliga como periodistas y comunicadores a escuchar a la audiencia. Por lo general, nosotros, como periodistas, mantenemos una comunicación unidireccional. Poseemos la información, la publicamos en cualquier medio y raramente recibimos retroalimentación. En este sentido, considero que TikTok altera las reglas del juego, al formar una comunidad de usuarios altamente participativos".


Crecen los seguidores y la desinformación también

“Yo creo que es como un arma de doble filo. Está bien porque en poco tiempo puedes contar algo, pero está mal porque tienes poco tiempo para contar algo. O sea, contar algo científico en 30 segundos y que interese y que enganche es muy difícil, es muy complicado y siempre corres el riesgo de dejarte algo fuera. Las redes sociales están muy bien porque permiten una difusión a muchísima gente de contenidos que de otra manera no iban a consumir, pero es un mundo en el que captar la atención cada vez es más difícil”, dice Luis Blasco.


Es así como TikTok muestra una dimensión positiva y beneficiosa que puede aportar y sumar como una nueva vía de llegar con contenido informativo científico a un público que, de otra forma, quizás no llegue a ese contenido. Sin embargo, también, como todo fenómeno, está el otro lado, la otra cara, la que conlleva riesgos no solo para la rigurosidad propia del periodismo, sino que, también, porque se da pie para mayor circulación de desinformación, bulos o fake news.


Es lo que ve día a día Laura García en el Maldita.es quienes, si bien no cuentan con una estrategia como tal asociada a TikTok, su trabajo sí está supeditado a lo que está pasando en estas redes sociales y, para desacreditar bulos, no pueden estar ajenos: “Evidentemente si hay narrativa desinformadora en TikTok, nosotros tenemos que estar ahí diciendo o explicando lo que dice la evidencia del consenso científico”, dice sobre su rol como coordinadora del frente de ciencia y salud. 


“Vamos a seleccionar los contenidos un poco en función de la viralidad y en función de la peligrosidad, sobre todo en el tema de salud”, complementa García.

En este tema, según el último estudio del Digital News Report, si bien es evidente que, por parte la audiencia, hay un cambio de atención hacia otras plataformas, entre ellas, las redes sociales, eso “no parece reducir el temor del público a la información errónea y la desinformación”. De hecho, de acuerdo con el informe, más de la mitad de las personas admiten sentir preocupación por discernir entre la verdad y la falsedad en el contexto de las noticias en línea.


Los desafíos más urgentes

Otra amenaza que trae consigo TikTok tiene que ver con el escaso control que existe, en cuanto a los contenidos, específicamente. “Esa democratización o ese acceso universal a esta plataforma hace también que se nos cuelen falsos profesionales, falsos entendidos en determinadas materias que pueden generar contenidos sin ser previamente verificados y contrastados, eso tiene un gran peligro, puesto que hace que se puedan difundir cuestiones que sean contrarias a la salud o la propia ciencia”, dice la académica de la Universidad de Valladolid.


En este escenario en donde desmitificar cada contenido falso que aparece en una red social se ve como una misión imposible.


“La pregunta es cómo educamos a las audiencias para que entiendan que no toda la información que consumen es cierta. La respuesta evidente no es que todos tienen que ser científicos, la respuesta es que desde el punto de vista de la educación tenemos que entender, desde muy pequeños, que nuestra forma de interactuar con la información es distinta y si yo no entiendo cómo funciona la tecnología y las cosas que se pueden hacer, voy a navegar en un mar que se mueve mucho, a oscuras y sin brújula”, subraya Gabriel León.

De acuerdo con un estudio publicado en 2021 que analizó el uso de la red social TikTok en los perfiles con mayor cantidad de seguidores a nivel mundial, se reveló que esta plataforma está provocando una reconfiguración en la alfabetización mediática y digital de los jóvenes. Esto, según el análisis, está generando beneficios para el desarrollo de ciertas competencias, especialmente en relación con las acciones comunicativas disponibles en esta plataforma.


Sin embargo, para la investigadora Martínez, junto a los beneficios también existen aspectos más delicados. "Entonces, lo que por un lado es una ventaja, también es importante tener en cuenta que esta red social tiene ciertas deficiencias. Por lo tanto, la capacidad de discernir entre lo confiable y lo que es mero entretenimiento queda en manos del usuario", señala.


La difusión viral de un video en TikTok o una cadena con información incorrecta sobre salud pública representa uno de los desafíos principales para los medios, ya que los efectos pueden ser devastadores. Los acontecimientos durante la pandemia han proporcionado un claro ejemplo de este tipo de desinformación.


Un estudio realizado por un grupo de investigadoras de la Universitat de Valencia, encabezado por la catedrática de Periodismo, Dra. Carolina Monero, examinó los bulos propagados a través de WhatsApp en España durante la crisis de COVID-19, con el propósito de identificar qué tipos de sustancias se promovieron para su consumo. En conjunto, se recibieron un total de 2.353 mensajes, de los cuales 584 resultaron ser información falsa. Uno de los descubrimientos clave fue que una de cada cinco cadenas de texto, videos o audios estaba relacionada con la prevención o cura del coronavirus, y en su mayoría promovía el uso y consumo de sustancias naturales.


La periodista Laura García, especializada en estos asuntos, comenta: "Desde mi perspectiva, la pandemia ha generado una conciencia entre las personas de que incluso en el ámbito de la ciencia es posible ser engañado. Personalmente, considero que esta toma de conciencia ha tenido un efecto positivo... Creo que ha ayudado a que las personas sean más conscientes de la presencia de desinformación y de los motivos ocultos detrás de la misma. Ahora se reconoce que cualquier individuo puede ser susceptible de caer en la trampa de esta desinformación".


 

Este reportaje fue escrito por Victoria Martínez, fundadora de FraguaLab, en el marco de su Trabajo Final de Máster en Historia de la Ciencia y Comunicación Científica de la Universidad de Valencia (2023).

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